Por Jacobo Morillo
Analista en Geopolítica
- El ataque por tierra, mar y aire en escala y coordinación es una maniobra sin precedentes. Exceso de confianza israelí con el sistema implantado y líderes del círculo de Netanyahu sin las cualificaciones pertinentes en materia de seguridad. Hamas ha preparado este ataque detalladamente. El ataque ha devuelto el foco mediático a la cuestión palestina, algo premeditado y prioritario para Hamas.
- La reacción política de la Autoridad Palestina y de la sociedad en Cisjordania será un medidor de la atmósfera palestina.
- La causa palestina ha sido tema de movilización social dentro del mundo árabe con cierta incidencia en sus gobiernos. No obstante, la leve pronunciación de los líderes árabes sobre la guerra en Gaza pone de relieve que el tema ha perdido resonancia: los Acuerdos de Abraham y las conversaciones para normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudí dan señales de un cambio de tendencia hacia Israel.
- El arco narrativo empleado por los dirigentes israelíes ha mostrado la voluntad por una destrucción indiscriminada. Netanyahu ha formado en las últimas fechas un círculo político de tendencia ultra nacionalista. No obstante, se ha formado Gobierno de emergencia tras el ataque de Hamas que incluye a líderes de la oposición, de perfil más moderado. Netanyahu se juega el escaso capital político que le queda con esta operación en Gaza.
- No perder de vista a ciertos países de la región: Egipto, Jordania, Qatar o Arabia Saudí. Las relaciones de los líderes de Hamas con Qatar son cercanas; Arabia Saudí levanta el interés de Israel; y Egipto reconoce a Israel como Estado y es clave en los corredores humanitarios a través del paso de Rafah.
- Si Hezbollah y, sobre todo, Irán entran en la guerra, el conflicto alcanza otra escala de repercusiones tectónicas. Es una de las razones por las que Estados Unidos ha enviado un portaviones a la zona: maniobra de disuasión.
- La operación terrestre de Israel supone una despliegue humano y militar que fácilmente va a costarle el poco capital político que le queda a Netanyahu. Es poco probable que el primer ministro salga reforzado, aunque se consiga yugular a Hamas. La guerra urbana y el papel de intermediarios marcaran los tiempos.
- La Unión Europea ha demostrado su disparidad de opiniones, sin una idea ni programa común que le permita ser un actor capital en la resolución.
- China puede ser un actor a tener en cuenta por las pocas reticencias que genera a todos los implicados, además de sus fluidas relaciones con Irán. Ya demostró su capacidad en el acercamiento entre Irán y Arabia Saudí.
- Este acontecimiento refleja lo lejos que se está de una resolución definitiva de la cuestión palestina. La solución de los dos Estados es inviable hoy en día. El Ejecutivo de Netanyahu no se quiere da cuenta de que este conflicto no tiene una solución militar, sólo una política.
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