LUIS BABINO-

Hace poco tiempo se comparó al Populismo con el Covid-19. Comparto algunas ideas sobre este tema,  y seguramente será uno de los debates entre tecnócratas y populistas respecto a las posibles salidas de la crisis que estamos viviendo.

En primer lugar, creo necesario determinar qué entiendo por populismo, palabra que connota a varios fenómenos y no necesariamente semejantes. Para ello y siguiendo la analogía con el virus Covid-19, pretendo definir la presencia del virus del populismo por 4 síntomas para determinar si estamos frente al virus del populismo o no.

  1. El primer síntoma del populismo se caracteriza por enfrentar problemas complejos con soluciones basadas en explicaciones simples. Por ejemplo, si se enfrenta un problema de repitencia en el sistema educativo, y la solución que se da consiste en reducir las exigencias en los colegios que eviten que los estudiantes repitan, afectará directamente a la calidad de la educación

 

  1. El segundo síntoma se caracteriza por resolver los problemas del presente que afectando la sustentabilidad futura. Es el caso de enfrentar el malestar de la población por los altos costes de la energía aplicando el congelamiento de las tarifas que beneficien a corto plazo a las generaciones presentes, pero perjudicarán a las generaciones futuras con restricciones de energía ante la falta de inversiones en el sector.

 

  1. El tercer síntoma se verifica cuando un sector de la política llega al Gobierno y se aprovecha de la posición de poder en beneficio propio.

 

  1. El cuarto síntoma se caracteriza por gobiernos que basan sus políticas sociales en el “asistencialismo” y no en la solución de los problemas. Se acompaña en el dolor de la gente, pero sin ofrecer soluciones a las causas de dicho dolor.

 

Volviendo a la analogía con el virus Covid-19, se deben cumplir por lo menos tres síntomas antes de hacerse un “PCR” para determinar si se está contagiado del virus populista.

  • La corrupción no es un patrimonio del populismo es patrimonio de los corruptos así un gobierno corrupto no necesariamente es un gobierno populista.
  • Las intervenciones simples frente a problemas complejos, no es patrimonio de los populistas es patrimonio de los mediocres.

El virus populista se manifiesta en general con la presencia de los dos primeros síntomas y puede venir acompañado con el síntoma 3 y/o el síntoma 4.

Otra consideración que me parece oportuno introducir a esta altura es que el virus populista no es patrimonio de un partido político, como en el caso del Covid19,  afecta en menor o mayor grado a todos, en este caso a todos los partidos políticos. Pero, así como la población de riesgo en el caso del Covid-19 es la población de adultos mayores. Los partidos políticos con un pensamiento basado en el pasado son más propensos a contraer el virus populista.

La pregunta final es si el virus del populismo es más letal que el virus Covid-19 y mi respuesta es rotundamente: sí. Veamos unos ejemplos:

  • La población en situación de pobreza extrema, hacinada en villas de emergencia o favelas o como se denomine en cada país, tienen altas tasas de contagio, pero menor letalidad, ¿Por qué? Porque las personas de riesgo ya fallecieron por falta de oportunidades.

 

  • Las personas de tercera edad que han estado encerradas en geriátricos tienen una alta tasa de letalidad. ¿Es esto necesario? No. Es producto de una solución simple: encerrar a los ancianos sin estudiar alternativas, ni prever los riesgos a las que se los expone.

 

  • La baja respuesta social frente a los riesgos del Covid-19, no es un problema del virus, es un problema derivado de la baja calidad de las políticas educativas populistas donde se confundió “inclusión con calidad”.

 

Entiendo entonces que la salida populista sería tan perjudicial para la sociedad como será la salida tecnocrática sobre la cual existen más anticuerpos en la sociedad.

Creo que el desafío que enfrenta la clase política es la construcción de un pensamiento tecno político con capacidad de enfrentar problemas complejos, basadas en intervenciones sustentables en el medio y largo plazo, sin olvidar a aquella parte de la sociedad que hoy se siente excluida y sin respuestas por parte del sistema democrático

L

Luis Babino

Presidente de la Fundación CIGOB, Desarrollo de Ciencias y Métodos de Gobierno, Argentina, Buenos Aires.

Asesor en Gestión y Comunicación de Políticas Públicas. Economista y Psicólogo Social

 

*CompoLider no se hace responsable de las opiniones  de los autores en los artículos

*Los artículos deberán ser originales  y que no se hayan publicado antes en otro medio o formato.