-VICTOR VARGAS

Estamos viviendo momentos históricos que quedaran plasmados en libros y en ese lugar de nuestra mente que almacena recuerdos sumergidos y cubiertos por sensaciones y emociones, llamada memoria emocional.

Excitación Neuronal

¿Qué comiste el martes de la semana pasada? Lo más probable es que no lo recuerdes, salvo que haya sido un día especial. Ahora dime si puedes recordar tu primer beso… apuesto 5 a 1 que lo puedes recordar y con lujo de detalle.

La razón de ello, se debe a  que esos eventos excitaron tanto a tus neuronas que estas produjeron ciertas “drogas” al momento que compartían la experiencia con otras neuronas, produciendo un efecto multiplicador de sensaciones placenteras o desagradables que prácticamente “soldaron” esos recuerdos en tu mente. Este efecto se ha comprobado a través de un fenómeno llamado “Potencial de Acción”.

Así es como la neuropolítica afecta directamente la memoria emocional e influye en transformar la emoción en decisión del voto, a través de la excitación neuronal del electorado, lo que es crucial para la victoria. De no hacerlo, prácticamente aseguras tu derrota. En términos de estrategia neuropolítica, estos momentos son de gran oportunidad ya que gracias a la pandemia las neuronas del mundo entero están excitadas, solo necesitas re-enfocar esa excitación a tu campaña.

Llegados a este punto nos preguntamos: ¿el fenómeno del COVID ayudara o perjudicará mi campaña? ¿Recordaran mi nombre, partido y propuesta al momento de emitir el voto? Y si me recuerdan ¿Qué van a sentir al pensar en mi nombre?

No importa si eres de derecha o izquierda o del famoso “centro” (que en términos de  neuropolítica no existe), la neuropolítica proviene del funcionamiento químico eléctrico neuronal, que viene a ser universal. Es decir, no importa nacionalidad, género o cualquier otro factor, esta ciencia, es aplicable alrededor del mundo.

En países como Inglaterra, Estados Unidos y México, se ha empleado exitosamente en campañas de todos conocidos como los presidentes Barak Obama, Donald Trump, Enrique Peña Nieto y Brexit.

Particularmente en los últimos tres ciclos presidenciales, alrededor del mundo se ha podido observar el efecto de “movimientos políticos”, aquellos donde es “fashion” apoyar un candidato. Estos no han sido producto de la casualidad. Hay una ciencia detrás de ello, donde las herramientas tecnológicas no son más que un “engranaje” dentro de todo lo que compone la neuropolítica.

Situación Actual

A diferencia de ciclos pasados, en estas elecciones el uso de la neuropolítica será fundamental para obtener la victoria. Necesitamos ver que estas elecciones serán durante la pandemia y no “Post Covid-19” como muchos lo expresan. Esto implica que una campaña exitosa deberá prescindir del uso de estrategias “tradicionales” como la llamada “SSS” (Suela, Sudor y Saliva):

  • Distanciamiento social
  • Responsabilidad social
  • Prohibición de eventos masivos

La preocupación global:

  • Salud
  • Economía
  • Inseguridad

Los tres factores importantes que buscará el electorado:

  • Preparación del candidato
  • Valores del candidato
  • La “seguridad” que transmite en todo sentido

Previo a la pandemia, la emoción que predominaba era del “Hartazgo”. Lo que más preocupaba era el combate a la corrupción y para lograrlo, los ciudadanos estaban dispuestos a sacrificar la “preparación” del candidato y por lo tanto el ser “outsider” era un positivo. Sin embargo, el COVID-19 ha traído a la luz, y en muchos casos no ha sido nada halagadora, el nivel de preparación real del gobernante. Aun maquillando el número de contagios y muertes, no han podido evitar que los ciudadanos sientan abandono y en consecuencia, miedo. De repente el factor “outsider” se convirtió en un negativo en vez de positivo como lo fue antes de la pandemia.

Los próximos ciclos electorales serán gobernados por emociones y sentimientos de “decepción”, “miedo” e “incertidumbre”. Y lo más buscado por el electorado, consciente o inconscientemente, será que líder que brinde seguridad emocional. Factores como la formación, preparación, familia y valores representados por el candidato, influirán mucho en la decisión del voto. De esta manera, el vehículo elegido para llegar al electorado será tan importante como el mensaje que transporta. Y respecto a la imagen y mensaje, deberá ser perfectamente dirigida al cerebro “emocional” (límbico) del votante y no al cerebro “lógico” (neocortex).

El Voto Razonado No Existe

La ciencia cognitiva ha demostrado que mucho de lo que asumíamos era equivocado por lo siguiente: en primer lugar porque la gente supone que el pensamiento es consciente. Eso es erróneo. La mayoría del pensamiento, un estimado del 98 por ciento, es inconsciente.

En segundo lugar, muchos creen que la racionalidad humana es algo que existe independiente de nuestros cuerpos. Eso tampoco es cierto. El razonamiento es un proceso físico que depende de nuestros cuerpos y las realidades físicas de nuestros cerebros.

Y por último,  la mayoría de las personas sostienen que el razonamiento es universal, lo que significa que todas las personas razonan de la misma manera. Nuevamente incorrecto. Las personas no comparten una forma universal de razonamiento. Razonan sobre el mundo de manera diferente, en parte porque sus mentes han adquirido estructuras distintivas a través de sus experiencias culturales e individuales.

Así podemos decir que  “El voto no es frio”. El voto es emocional y posterior a la determinación emocional que tome nuestro sistema límbico, nuestro neocortex adapta su razonamiento a la decisión emocional. ¿Cuántos votos se han perdido por desconocer el funcionamiento del cerebro del votante?

Por ello, el éxito de esta campaña será directamente proporcional al nivel de excitación neuronal que provoques. Quienes inviertan y apliquen lo que las neurociencias nos aportan a través de la neuropolítica serán los vencedores en esta “nueva normalidad”.

Víctor Vargas

Estratega y Consultor Neuropolítico

Nominado en Londres como “Mejor conferencista internacional” y “Mejor Influenciador Inspiracional”,  es el experto en neuropolitica con mayor  reconocimiento en Latinoamérica. Autor del libro “Los Codigos del Excito”, considerado un manual de cabecera para todo politico, cuenta con un equipo multidisciplinario y la más alta tecnología, que se ha especializado en la investigación del cerebro humano, para conocer mejor cómo articula sus emociones y su transformación en decisiones al momento de ejercer el voto.

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