Esta misma semana, y ante la grave situación que estamos viviendo frente a la pandemia del Covid19, en toda Europa, pero especialmente en España, reunimos al grupo APRI Salud.

Este grupo que tengo el honor de coordinar forma parte de la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales en materia de Salud. Nuestro objetivo es tratar los asuntos públicos, el lobby, la influencia y las relaciones institucionales no sólo en sanidad, y su gestión, sino también en alimentación, hábitos saludables, deporte, dependencia u otro tipo de temas sociosanitarios.

Es un grupo comprometido y motivado que, desde que se desató la pandemia azotando a tantas personas, con nombre y apellido, hemos pretendido buscar y dar soluciones como la entrega de material sanitario, tan necesario para todos los profesionales no sólo médicos, enfermeros, celadores, internistas sino también a farmacéuticos, así como tanta gente en supermercados, reponedores, logística, entre otros.

Ha quedado latente, fruto del trabajo multidisciplinar del grupo, la necesidad imperiosa de acabar con barreras administrativas que,  en circunstancias de fuerza mayor,  no pueden existir y las numerosas trabas burocráticas que están teniendo que pasar las empresas privadas para colaborar con el Estado en la llegada del material sanitario tan imprescindible como mascarillas,  EPis, geles y un largo etc.

Ahí está una de las esencias del lobby y las relaciones institucionales: la comunicación y la transparencia de los procesos con las administraciones públicas y la -tan necesitada-colaboración público-privada que está dando frutos muy positivos, aunque el Gobierno actual haya tardado en verlo.

Mientras lees estas líneas ya hay una noticia en la que el Gobierno ha comprado test sanitarios a un proveedor chino en mal estado y no se asumen responsabilidades, de ningún tipo.

A la vez, la Comunidad de Madrid se ha puesto en contacto con APRI Salud que ha puesto todos sus contactos a disposición para fomentar y realizar la mayor apuesta por la colaboración público-privada como son los casos de Fenin (Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria) y el grupo Oesia con Iberia que han impulsado un corredor aéreo sanitario para recibir productos; Viena Capellanes lleva su Food Bus al hospital de campaña en Ifema para alimentar a todos los que allí trabajan sin descanso.

En esta línea de colaboración constante, se levantan y agilizan bloqueos en aduanas de materiales requisados (mascarillas, bombonas de oxígeno y muchos otros) a la espera de un papel, se busca personal en los chats multidisciplinarios, se activan canales de escucha activa para (intentar) paliar las secuelas psicológicas y se coordina todo entre empresas privadas (Inditex y tantas otras del Ibex como Pymes para ayudar a las administraciones públicas, en este caso, a la Comunidad de Madrid,  a superar JUNTOS este terrible zarpazo a nuestras vidas.

¡Todo esto es posible gracias al liderazgo e implicación de tantas personas que lo hacen posible!

Hace un cuarto de siglo irrumpió en nuestra vida cotidiana una epidemia desconocida hasta el momento, el SIDA, generando una verdadera avalancha de casos de fallecimientos a nivel mundial entre los años 80 y 90. Con posterioridad hemos tenido otras grandes alarmas sociales como los brotes de Ébola en ciertas zonas de África, incluido un caso en Madrid, el síndrome respiratorio agudo severo, que apareció en sudeste asiático y los diferentes tipos de gripe que se han dado en la última década, destacando entre ellas la epidemia de gripe A (H1N1).

Nuestro sistema sanitario “sigue centrado en el individuo”, lo que no lo enfoca a una correcta cobertura de este tipo de crisis. Y está sufriendo, con creces, esta pandemia que no entiende ni de territorios ni sus recursos, ni de administraciones públicas ni de colores políticos.

En estas circunstancias, no podemos olvidar la aplicación de cuestiones legales del Derecho Sanitario que incluye los límites de los derechos de los pacientes, las cuarentenas y sus consecuencias, las seguridades jurídicas al producir un fármaco de manera urgente, las garantías asociadas a los ensayos clínicos, los accesos a historias clínicas sin autorización y las condiciones que necesitan ser contestadas.

En España la adopción del “estado de alarma ” que suspendiera temporalmente el ejercicio de los derechos y libertades públicas como por ejemplo el derecho a la libertad de movimientos, sería impensable, como consecuencia de la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública que constituye el cauce normal para la resolución de situaciones individuales derivadas del riesgo para la salud pública. La norma regula y dispone con el objeto de proteger la salud pública y prevenir su pérdida o deterioro, “las autoridades sanitarias de las distintas Administraciones públicas podrán, dentro del ámbito de sus competencias, adoptar las medidas previstas en la citada Ley cuando así lo exijan razones sanitarias de urgencia o necesidad”.

Junto con la lealtad institucional en los momentos de crisis, y la necesaria buena gestión política de la misma,  es necesario que se apliquen otros principios claves en el mundo de los asuntos públicos como son la Transparencia, la Ética – y el Derecho “ añado, más si cabe cuando se trata una crisis de salud pública que difícilmente devolverá a nuestras vidas a cómo eran antes. Cuando pase, veremos.

Adriana Bonezzi

Coordinadora APRI Salud

Experta en Asuntos Públicos

 

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