MILAGROS MATEOS-

La vida está llena de ocasiones para reconciliarnos con nosotros mismos y con los demás, pero las dejamos pasar porque nunca tenemos tiempo para nada ni queremos tenerlo.

Ahora el tiempo se ha parado, nos ha sido impuesto, y millones de personas permanecen en sus casas salvo nuestros héroes: los médicos, enfermeras, personal sanitario, bomberos, conductores, trabajadores en tiendas de alimentación…. y un sinfín de personas que nos permiten estar encerrados, pero con todas las comodidades posibles.

Este virus nos ha hecho trasversales e iguales…. Nos ha igualado a pobres y a ricos, a mayores y niños, a guapos y a feos, a listos y a tontos. Da igual nuestro color, nuestra bandera o nuestra religión. No nos libramos nadie.  La pegunta es ¿Quién quiero ser durante el Covid-19?

Queremos ser de los que tienen miedo y arrasan los supermercados con compras de pánico, no aguantan estar en casa y hacen acopio de medicamentos que terminaran caducados en cualquier repisa de su casa. O queremos ser de los que aceptan que la situación es complicada, pero es el momento de “dar todo lo bueno que llevamos dentro”.

Me doy cuenta de que esta situación no la controlo y me relajo, dejo de consumir noticias y wasaps que me hacen daño, me saturan y no me dejan dormir por la noche o como una buena amiga que cada día me cuenta lo que está creciendo personalmente con esta crisis. Va a dejar de tener la agenda con miles de viajes de trabajo y personales, incluidos los fines de semana, y se va a dedicar en cuerpo y alma a este propósito al que se quiere consagrar su vida profesional de ahora en adelante, que no es otro que vivir el presente sin una agenda programada para un año. Ve el lado positivo de lo que está ocurriendo y piensa en los demás y en cómo puede ayudar.  Ahora, todos tenemos tiempo para hacernos esa pregunta: ¿Quién quiero ser?

Hay un fenómeno que ha surgido a todos por igual y con el corazón para agradecer a nuestro héroes y heroínas su total entrega y salimos a los balcones para aplaudir sus proezas con total dedicación en salvar vidas y ayudar, ayudar al prójimo.

Cada tarde y a la misma hora, aplaudimos todos, mayores, jóvenes y niños creando una energía que va saltando de balcón en balcón y va uniendo nuestras manos como un hilo musical invisible que nos esponja el corazón porque sentimos que somos uno.  Es el altavoz más grande humano y solidario que transmite calor y amor y nos hace fuertes, porque la unión hace la fuerza.

Milagros Mateos

Responsable Alianzas Cruz Roja

Consejo CompoLider

 

*CompoLider no se hace responsable de las opiniones  de los autores en los artículos.

*Los artículos deberán ser originales  y que no se hayan publicado antes en otro medio o formato.