Autor: Allende Martín.
El bipartidismo en España se ha consumido y los votantes quieren políticos que sean capaces de llegar a acuerdos. Esto es un hecho irrefutable.
Hace unos meses escuché a un experimentado eurodiputado español, ahora ya retirado, decir que en la Eurocámara a diferencia de lo que ocurre en España,el político sobresaliente es aquel capaz de lograr acuerdos con el resto de los grupos a pesar de las discrepancias.
No hace falta decir que, en España, todos los partidos tienen muy claro que en estas elecciones generales para gobernar va a ser necesario pactar. También es sabido que la posición de quién está en la Moncloa parte con ventaja y así se lo otorgan las encuestas al PSOE que ganaría, en votos, aunque no consiga mayoría absoluta. Lo que sí es cierto, que la nueva formación de Vox, se siente ganador cuando les auguran una representación de 23-24 escaños.
Pero las tornas han cambiado, y el valor a la baja es para la formación morada y, según los datos de los últimos meses, viene cayendo en picado, casi el doble de lo conseguido en las generales de 2016. Esto se debe en gran parte a la fragmentación interna y la pérdida de liderazgo de su presidente. Quizá como revulsivo tenga que virar a la izquierda para diferenciarse del PSOE y volver a la “política de guerrilla” de sus inicios para vigorizar a su electorado de nuevo. Esperaremos atentos qué ocurre con el regreso de Pablo Iglesias.
El PP, haciendo lo propio, está virando a la derecha para evitar la sangría de votos que ha ocupado la formación de Vox, lo que deja más espacio de centro en beneficio de Ciudadanos con un electorado descontento con la formación del PSOE por la actuación de Sánchez en Cataluña. La formación naranja espera duplicar escaños de 31 en 2016 a 60 escaños en los comicios del 28 de abril.
El partido de Casado es consciente, más que nunca, que necesita alianzas con el bloque de las derechas como en Andalucía para poder ganar la Moncloa, aunque lo vaya a tener muy difícil según los últimos datos de las empresas demoscópicas. Sin embargo, las encuestas son sólo “una foto del momento”, y ante el alto porcentaje de indecisos-un 35%-, la estrategia de todas las formaciones va a ser recurrir a la “movilización”.
El partido de Sánchez va a apostar al miedo de la llegada de la derecha con la foto de Colón como estrategia para movilizar a su electorado. Sin embargo, para el bloque del centro – derecha la táctica será repetir el pacto a la andaluza entre- PP, Ciudadanos y Vox- aunque viendo la negativa expresa de los de Rivera a pactar con Abascal, parece que a priori quieran extrapolarlo como opción principal al resto del territorio nacional.
En cualquier caso, Cataluña será el tema principal ya que la campaña irá destinada a despertar los sentimientos de pertenencia a un grupo, a ser feminista, al orgullo de ser de derechas o el independentismo. Durante este tiempo, queda claro para todos, que el sentimiento “español” va a ser relevante en la campaña de las generales, las banderas y los colores nacionales serán un motivo recurrente para captar el voto de los partidos constitucionalistas porque la distancia y ventaja es mínima o inexistente.
Ciudadanos ha marcado las líneas rojas para no pactar con el sanchismo desde la celebración de su comité, y parece que, será tajante por las diferencias de opinión y haberse doblegado a los independentistas y nacionalistas.
En política nada es imposible, aunque la aritmética facilite una mayoría entre esas dos fuerzas constitucionalistas; no parece de momento que quieran entenderse, aunque pueda alegarse más tarde un interés general.
Lo que está claro a estas alturas es la extinción de las mayorías amplias de un único partido y, la tendencia a la polarización en países de Latinoamérica entre bloques de izquierdas y de derechas en España “es ya una realidad.”
Los posibles escenarios, nos recuerdan la utilización estratégica de la “teoría de equilibrios” del premio Nobel de Economía, John Nash; en el que un jugador individual gana pensando en su propio interés, pero no conseguiría el mismo beneficio si lo hace pactando con otro en beneficio e interés de una comunidad. Es por ello, que a las formaciones políticas no les queden más remedio que llevar tatuado las palabras que van a ser más recurrentes como “acuerdos” o pactos” y, no se deba a una moda estética como el que lleva un piercing, sino para poder formar Gobierno.
Sin embargo, si la aritmética no da, hay que evitar el bloqueo institucional, recordando la experiencia de 2016, los comicios autonómicos, municipales y europeas puedan ser una segunda vuelta como el sistema presidencialista francés, examinando de nuevo a las formaciones y sus políticos. No queda más remedio que intentar impedir que el bloqueo o investidura se alargue hasta octubre.
Esperemos consenso y sentido de Estado para el bien económico del país porque las organizaciones, instituciones financieras y empresariales transmiten preocupación, ante una no lejana recesión o contracción de la economía. Es ineludible y de imperiosa necesidad formar Gobierno que garantice estabilidad y gestión política.
Allende Martín
Ceo-Fundadora de CompoLider
Abril 2019
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