Por Javier Fernández Arribas 

Periodista, experto en geopolítica

Director de Atalayar 

Desde 2007, un año después de la celebración de las últimas elecciones en Cisjordania y Gaza, Hamás tiene secuestrados a los palestinos de la franja tras dar un golpe de estado y echar a tiros a los dirigentes de Al Fatah y retar a la Autoridad Nacional Palestina y a su presidente Abu Abbas, establecido en Ramallah.

Durante 16 años, la milicia terrorista impulsada, financiada y armada por Irán fue apropiándose de todos los estamentos e instituciones de Gaza y planteando siempre su desafío a Israel lanzando ataques con cohetes que eran respondidos con gran contundencia y varias ocupaciones y retiradas, con una infraestructura de túneles utilizando hospitales, escuelas y casas civiles como escudo. Y con una estrategia agresiva pero victimista para mantener su poder dictatorial y evitar siempre que se exigía la celebración de elecciones lo que era una clara deslegitimación de su dictadura.

Breve y conciso repaso para contextualizar aspectos muy relevantes de lo que está ocurriendo en Gaza desde el ataque terrorista de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023. Pocos meses antes, ese verano del 2023, se volvieron a repetir las manifestaciones populares de palestinos contra Hamás en protesta por la enorme precariedad de sus vidas debido a la falta de alimentos, agua, medicinas, educación, seguridad y todo lo que necesita un ser humano para desarrollar con su familia una vida normal.

Y esa situación se debía a la dictadura de un grupo de fanáticos que, además competían con más fanáticos todavía como la Yihad Islámica y otros grupos que se han aprovechado de la violencia para beneficiarse.

Fuente Europa Press Ataques en Gaza

Fuente Europa Press Ataques en Gaza

Hay que comprender algo fundamental para evitar ser arrollado por la trágica y repugnante propaganda de unos intereses que tiene buena parte de sus hilos en Irán.

La clave es que Hamás no es Palestina.

Que hay muchos palestinos que antes del 7 de octubre ya mostraban su hartazgo de la dictadura y se manifestaban reclamando recuperar su libertad y una vida digna. Incluso, se realizaron diversas encuestas que colocaban a Hamás bastante lejos del triunfo si se celebraran, por fin, las elecciones que siempre se habían planteado como elemento esencial para clarificar la legitimidad o no del ejercicio del poder en Gaza pero que siempre se encontraban con una escalada, curiosamente casual, de la violencia que hacía casi imposible su celebración.

Sin duda, una de las razones de la masacre terrorista cometida por Hamas en Israel se deba al riesgo que representaba la presión que se ejercía en la mesa de negociación para lograr una solución duradera para la región. Además, Rusia atizaba un frente de gran desgaste para Occidente, y los acuerdos de Abraham que tan positivos han resultado para la región al demostrar que es posible el entendimiento y la excelente colaboración entre árabes e israelíes se acercaban a la firma de la gran potencia regional, Arabia Saudí y el establecimiento de relaciones con Israel.

También podemos analizar la grave división que vivían la sociedad israelí por las reformas judiciales del primer ministro Benjamín Netanyahu y una inexplicable relajación de las estrictas medidas de seguridad en una frontera vital para los intereses de supervivencia y desarrollo del estado judío.

El caso es que, asistimos un año y medio después a la pérdida del miedo por parte de un sector de los palestinos de Gaza que se manifiestan en contra de Hamás y le hacen responsable de todas las matanzas, penurias y sufrimientos de los palestinos en estos meses de nueva guerra con Israel.

Asesinado un joven opositor a Hamas

La realidad está aflorando entre los palestinos de Gaza y a pesar del temor a represalias y asesinatos crece la oposición a Hamás. Un joven de 22 años ha sido asesinado por ser uno de los organizadores de las manifestaciones contra Hamás y una fuerte indignación se ha sumado al hartazgo de miles de gazatíes con la dictadura de este proxy de Irán.

Derrotados militarmente por Israel, aunque todavía mantienen secuestrados a 59 rehenes gracias a la colaboración de civiles amenazados, Hamás tiene ahora un nuevo y mayor temor y desafío, la ira de unos gazatíes que han sufrido terriblemente y se están levantando contra quienes son los responsables de sus graves penurias.

Oday Nasser al Rabay, era un joven de sólo 22 años. Ha sido asesinado por atreverse a desafiar el terror de los fanáticos y ayudar a organizar las primeras manifestaciones en el norte de Gaza exigiendo el fin de la guerra y la recuperación de su libertad y de sus derechos secuestrados desde hace casi veinte años por Hamás.

El joven Oday fue secuestrado por milicianos de Hamás, torturado y asesinado. Como una burla y advertencia más a la población, el cuerpo torturado fue depositado frente al domicilio de la familia, que, no dejándose intimidar, publicó la noticia en las redes sociales, dando la vuelta al mundo. Es más, el funeral del joven se convirtió en otra concentración de protesta al grito de «¡Queremos vivir!».

La soberbia de Hamás

La cúpula de Hamás nunca ha consentido manifestaciones de protesta en su contra, por limitadas que fueran, y su irritación por el crecimiento en las calles de quienes perdían el miedo se evidenció en un comunicado que atribuye la preparación de las manifestaciones a la infiltración de espías y colaboradores israelíes y a los todavía resistentes de Al Fatah, que se mantuvieron fieles a la Autoridad Nacional Palestina.

Hamás ha utilizado constantemente la violencia contra la posible oposición a su régimen y son cientos los palestinos de la Franja que han sufrido ejecuciones sumarias a lo largo de los años. Especialmente en la fase inmediatamente posterior al golpe de Hamás, entre 2006 y 2007, hubo cientos de víctimas entre las fuerzas que permanecían leales al gobierno legítimo de Mahmud Abbas.

La parafernalia preparada para adornar de propaganda y falso apoyo popular a sus postulados durante las patéticas ceremonias de la liberación de los rehenes israelíes resultó un desfile que tuvo poco de espontáneo. Hay que esperar para comprobar si este nuevo germen de oposición, cada día más numerosa en las calles del norte de Gaza bajo el lema “queremos vivir tranquilos”, se convierte en una opción decidida y valiente contra la dictadura para poder recuperar la paz y la libertad, a pesar de las terribles represalias que usará Hamás para sofocarlo e intentar mantener el poder de su dictadura, aunque en estos momentos, una de las razones más importantes de la intervención israelí es acabar con Hamás y evitar que pueda seguir manejando el poder en la franja.

Los testimonios de los que tienen el valor de manifestarse son claros: “fuera Hamás. Parad la guerra. 18 años de Hamás en Gaza nos han llevado a la ruina. No tenemos casa, No tenemos dinero, no podemos aguantar más. Las panaderías cierran porque no pueden producir nada, no tenemos como sobrevivir. Los niños tienen que ir al colegio, tener opciones de futuro, poder tener un trabajo. Nos queremos ir a vivir a otro lado, pero Hamas no nos deja. Antes del 7 de octubre, el apoyo a Hamás podría llegar a un 30% de la población, ahora hay quien asegura que no llega a un 10 mientras Hamás incrementa la represión y la propaganda falsa de que la mayoría de los gazatíes les apoya. No podemos seguir así”.

Muchos gazatíes están en contra de lo que pasó el día 7 de octubre y se muestran favorables a que los rehenes israelíes regresen a sus hogares.

No toda Gaza es Hamás. Queremos vivir tranquilos, reza la pancarta mientras alguno señala que además de la influencia de Irán, países como Arabia Saudí y Egipto pueden tener un papel importante en la reconstrucción de Gaza sin Hamás, más allá de las propuestas estrambóticas de la Riviera de Trump. No tienen internet y por tanto escasa información, pero si les dieran seguridad en la salida, muchos se marcharían de Gaza buscando una vida en paz.

El control de Gaza

La gente se arriesga a ir a las protestas porque ha perdido la esperanza. La poca ayuda que entra la controla Hamás y no parece que haya alternativa fuerte.

Sobre qué pasará el día después de la guerra, el debate comenzó hace tiempo y no está del todo claro quien se hará cargo. Hay que ver si Israel se retira completamente o mantiene zonas amplias de seguridad. Y si Hamás sin apoyo desaparece y puedan los propios palestinos derrotar a los fanáticos y hacerse de nuevo con el control de sus vidas, siempre con el permiso de Israel y de Estados Unidos. Tendrían un claro apoyo de los países árabes y europeos, en general.

A los 15 días del inicio de la ofensiva israelí sobre Gaza ya se empezó a hablar sobre lo que se ha llamado “el debate del día después, que trata de aclarar quién se hará cargo del enclave palestino cuando acabe el conflicto. Este complejo debate tiene varios puntos de fricción.

El control de Gaza

La gente se arriesga a ir a las protestas porque ha perdido la esperanza. La poca ayuda que entra la controla Hamás y no parece que haya alternativa fuerte.

Sobre qué pasará el día después de la guerra, el debate comenzó hace tiempo y no está del todo claro quien se hará cargo. Hay que ver si Israel se retira completamente o mantiene zonas amplias de seguridad. Y si Hamás sin apoyo desaparece y puedan los propios palestinos derrotar a los fanáticos y hacerse de nuevo con el control de sus vidas, siempre con el permiso de Israel y de Estados Unidos. Tendrían un claro apoyo de los países árabes y europeos, en general.

A los 15 días del inicio de la ofensiva israelí sobre Gaza ya se empezó a hablar sobre lo que se ha llamado “el debate del día después, que trata de aclarar quién se hará cargo del enclave palestino cuando acabe el conflicto. Este complejo debate tiene varios puntos de fricción.

Riviera de Gaza

Riviera de Gaza. Plan de Trump

El primero es que Israel quiera retirarse del todo, algo que en este momento el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu niega que vaya a ocurrir, alegando cuestiones de seguridad. La segunda es sí en algún momento ese apoyo a Hamás dejará de existir como para que otro actor (ya sea Estados Unidos, como ha dejado caer Donald Trump, o la Autoridad Nacional Palestina) tome el control de ese territorio.

En este momento el Estado hebrero dice estar centrado en “acabar con Hamás” y las manifestaciones han permitido a Israel dirigirse a la población de Gaza para ponerla en contra de la milicia palestina. El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, animó a los gazatíes a seguir con las protestas, que calificó como “la única manera de detener la guerra”. “Aprendamos del pueblo de Beit Lahia y exijamos, como ellos, que Hamás abandone Gaza y la liberación inmediata de todos los israelíes secuestrados”, dijo.

Por su parte, Al Fatah pidió esta semana a Hamás que “responda a la llamada del pueblo palestino en la Franja de Gaza”, que considera “el resultado inevitable de años y décadas de explotación del enclave por Hamás”.

En un comunicado publicado en la agencia oficial palestina Wafa, el portavoz de Fatah, Maher al-Namoura, instó a Hamás a permitir que la Autoridad Nacional Palestina “desempeñe su papel en la curación de las heridas del pueblo, la reconstrucción de la Franja y la confrontación de los proyectos de desplazamiento y deportación”.

 

Según el portavoz de Fatah, el pueblo de Gaza “no aceptará que su destino esté ligado a una agenda regional” y las protestas son producto “de la persecución, represión y abuso de cualquier movimiento y demandas populares desde su golpe militar (de Hamás) contra la legitimidad palestina en 2007”.

Javier Fernández Arribas

Javier Fernández Arribas

Javier Fernández Arribas

 

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